Comunico luego existo Comunicación Estratégica

viernes, 12 de septiembre de 2025

PODER, INFLUENCIA Y CONTRAPODER EN LA ERA DIGITAL


En el mundo actual, tres fuerzas moldean nuestras sociedades: el poder, la influencia y el contrapoder. Cada una opera de manera distinta, pero juntas definen cómo se toman decisiones, se forman opiniones y se equilibran los excesos. El poder impone decisiones a través de instituciones o coerción. La influencia persuade sin forzar y a través de plataformas digitales. El contrapoder, en cambio, surge para cuestionar al poder dominante, promoviendo rendición de cuentas desde la Sociedad Civil, la Prensa o figuras independientes

Bukele, presidente de El Salvador redujo drásticamente la violencia de pandillas, pero a costa de un estado de excepción prolongado y detenciones masivas que han generado críticas por violaciones a derechos humanos. Reelegido en 2024, a pesar de restricciones constitucionales consolidó un poder casi absoluto. Su estilo combina decisiones contundentes con una imagen carismática en redes sociales, demuestra cómo el poder puede fusionarse con la influencia para reforzar la autoridad. Sin embargo, este enfoque, justificado y apreciado por muchos, invita a contrapoderes, como ONG’s internacionales o medios a cuestionar su autocracia.

El poder blando; concepto desarrollado por Joseph Nye, se refiere a la capacidad de influir sin coerción, apelando a la cordura, la cultura o los valores compartidos y opera de manera más sutil, moldeando opiniones, así lo hace la prensa seria e independiente. Usualmente basada en investigaciones y opiniones sólidas sigue marcando agendas  y es la que da a conocer verdades incómodas.


Como contrapoder la prensa equilibra narrativas oficiales promoviendo transparencia y honestidad. A diferencia del poder de  mandatarios como Bukele, Milei o Trump,  que gobiernan y comunican con estilos similares por medio de redes sociales, la prensa persuade, pero su influencia no está exenta de críticas, no todos comprenden su rol.


San Carlo Acutis representa una nueva forma de influencia. Este joven italiano, conocido como el "influencer de Dios", usó internet para evangelizar en una era pre-redes sociales. Creó sitios web para documentar milagros eucarísticos y atrajo a jóvenes y escépticos. Se convirtió en un modelo y su legado inspira a millones

Lo que distingue a Acutis de los influencers publicitarios o políticos es su falta de agenda personal. Mientras muchos de estos buscan fama, contratos con marcas o poder político, Acutis usó la web para un propósito altruista: acercar a las personas sin esperar reconocimiento. No vendía productos ni promovía ideologías partidistas; su influencia era ética y enfocada en valores eternos. A diferencia de influencers que monetizan su alcance en Instagram y TikTok, el no buscaba "likes" o votos. Su impacto atrajo a la Generación Z y obligó al Vaticano a abrazar la evangelización digital, un cambio estructural sin precedentes.

El poder político, ganado democráticamente o no, impone cambios inmediatos, pero puede ser frágil si carece de legitimidad. La influencia de la prensa independiente persuade y vigila, actuando como contrapoder y por eso está bajo ataque alrededor del mundo.

Carlo Acutis, sin embargo, muestra que la influencia auténtica libre de intereses comerciales o políticos, trasciende generaciones y transforma instituciones desde abajo. En un mundo donde los influencers priorizan lo efímero, Acutis enseña a líderes y ciudadanos que es posible usar las plataformas digitales no para dividir, sino para unir en pos de un bien mayor. Podrán hacer esos los políticos?

La pregunta ahora es: ¿Dónde está usted? ¿Sometido al poder? ¿Atrapado por la influencia? ¿O formando parte del contrapoder? 



(Publicado previamente en Expreso)


Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.
Director Ejecutivo del ITSU. Instituto Tecnológico Superior Urdesa.




lunes, 8 de septiembre de 2025

ALL YOU NEED IS BOLÓN Y ENCEBOLLADO


Todos sabemos que en nuestro país hay pocas cosas que nos unen, la geografía, el origen étnico y otros factores a los que hay sumar la política contribuyen a que esto ocurra. Hasta hace poco el vicecampeonato mundial del más lindo himno nacional, las guerras fronterizas y la selección de fútbol eran unas de las pocas cosas que nos amalgamaban. Hoy a estas se suman el Bolón y el Encebollado que compitieron por ser Campeones Mundiales de los platos de desayuno y que llegaron a los cuartos de final. Por escaso margen el pan con chicharrón peruano les ganó, de un total de 16 millones de interacciones realizadas en Youtube, TikTok e Instagram, logró 8´161.000 votos vs el Bolón y el Encebollado que alcanzaron 7´858.000. Esta contienda dejó a muchos, a pesar de la derrota, con un agradable sabor a victoria. El evento logó alcanzar 44 millones de personas en redes sociales, más de 2.4 millones de interacciones y 100 mil comentarios. TikTok y X fueron las redes de mayor actividad.


El Bolón y el Encebollado se convierieron en causa nacional, recibieron apoyo del Presidente, de la Vice Presidenta y del Ministerio de Turismo que desarrolló piezas audiovisuales apelando al nacionalismo y a la defensa de nuestros sabores. Se sumaron instituciones públicas y privadas, autoridades locales y regionales, medios, deportistas, celebridades, influencers y marcas comerciales. La pregunta obvia es ¿Quién se beneficia más cuando muchos se suman a una tendencia viral? ¿El que lo hace primero? ¿El que aporta originalidad y autenticidad?


Esto merece análisis porque es tema de debate entre estrategas de marketing digital y publicistas, ya que es fácil perderse en un mar donde hay muchos navegando simultáneamente buscando subirse a una ola ganadora. La recomendación elemental es hacerlo bien, no se trata de ser uno más y pasar inadvertido, relevancia pesa más que ser el primero.

¿Quiénes ganaron? El país sin duda, las búsquedas en Google sobre la gastronomía ecuatoriana subieron más de 300%  y demostraron que no solamente generamos interés por noticias negativas.

Al gobierno le fue bien en términos de impacto, se mostró cercano a la gente, transformó un trend en una "fiesta nacional" que unió al Ecuador y fortaleció su imagen. Imposible no hacer un paralelo con la campaña “All you need is Ecuador” que tuvo un despliegue importante en algunos mercados, con una alta inversión en medios y costos de producción y sobre la que sus resultados no son claros vs la del bolón y el encebollado que con una inversión que no debe ser ni una fracción de lo utilizado en la otra, logró generar en pocos días a nivel local cohesión, orgullo, nacionalismo y a nivel internacional interés y curiosidad sobre el país y su gastronomía . Podrán decir que es una comparación forzada, momentos y objetivos distintos, pero es inevitable no hacerla.


El otro gran ganador fue Burger King, que hizo una incursión notable al invitar, con nombre propio, a diversos competidores a dejar de lado rivalidades y unirse a la campaña bajo el lema “El Bolón nos necesita”. BK rompió una regla de oro, no nombrar a la competencia, pero lo hizo de manera audaz e inteligente. No troleó a nadie, asumió el rol de líder de la categoría, no lo es y jugó de local sin serlo. Tomó por sorpresa a las marcas con que compite de manera directa y estas no supieron cómo responder o integrarse de manera creativa a la tendencia y generar un contrapunto que pudo haber sido interesante.

La otra reflexión es que quedó demostrado lo fácil que es conectarse con las personas con el insight correcto por banal que fuese, una vez más los políticos hicieron gala de entenderlo y lo acartonado y lejano que muchas veces es el comportamiento de las marcas.



(Publicado previamente en Expreso)


Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.
Director Ejecutivo del ITSU. Instituto Tecnológico Superior Urdesa.

domingo, 31 de agosto de 2025

LA TECNOLOGÍA NUEVO RIESGO REPUTACIONAL


Los avances tecnológicos colaboran significativamente en la mejora de nuestro estándar de vida. Permiten que actos cotidianos y otros de gran complejidad se resuelvan con un clic y vuelven posibles situaciones que hace pocos años eran parte de novelas o de películas de ciencia ficción. Hoy el internet y las telecomunicaciones nos han dado el don de la ubicuidad, podemos trabajar de manera remota y ser eficientes, realizar una transacción bancaria desde el teléfono y al mismo tiempo tener una teleconferencia con un ser querido que vive en otro país, y a las empresas, sus proveedores y clientes les abre nuevas perspectivas de relacionamiento.

No solo la dependencia digital nos impide vivir y operar si estamos off line, sino que ha abierto puertas que ponen en riesgo nuestra seguridad y la de las corporaciones, conllevando escenarios que afectan la reputación y los negocios. Estas amenazas invisibles son constantes y exigen preparación. Incluso compañías sólidas han comprobado que un error pequeño puede convertirse en un escándalo global.


Dice un consultor en ciberseguridad que los avances son tan rápidos y profundos que es vital mantener protocolos de seguridad actualizados que protejan la información y los procesos de una empresa. De lo contrario, sería como si un país basara su defensa en conceptos y armas de la WWII y desconociera que un dron que cuesta apenas unos miles de dólares puede inutilizar radares que valen millones permitiendo ataques devastadores.

Compañías altamente respetadas, incluso del área de tecnología, han visto dañada su reputación y sus negocios por fallas en sus sistemas de ciberseguridad. Se estima pérdidas directas, por impacto en el valor en bolsa, pérdida de clientes, multas, rescates, bonos a usuarios, etc., de alrededor de 9 billones de dólares en los últimos tres años solo en EE. UU. Dichos números demuestran que ya no se trata de un riesgo hipotético, sino de un escenario frecuente que impacta al corazón mismo de las organizaciones.

Un estudio de Interbrand e Infosys calculó que, a nivel global, las marcas globales más grandes podrían perder hasta USD 223 mil millones debido a costos reputacionales, legales e indirectos tras ciberataques que impliquen secuestro de datos.


En estos casos la comunicación empática ayuda a preservar la confianza pública y minimizar el daño. La respuesta rápida —dar la cara—, de acuerdo con un estudio de Deloitte, mantendrá la lealtad de un elevado porcentaje de clientes. La experiencia indica que la transparencia y la agilidad son mejores aliadas que el silencio. En la práctica, la comunicación efectiva es tanto un escudo como una herramienta de recuperación reputacional frente al escrutinio público.

A pesar de nuevas tecnologías y  nuevos medios los principios básicos de comunicación en crisis se mantienen invariables: reconocer el hecho, pedir disculpas, explicar qué ocurre y cómo se solucionará. Lo que sí ha cambiado es el tiempo de respuesta: hoy se exige información en tiempo real, y la demora puede confundirse con silencio o evasión. Las empresas deben perder el temor de liderar la agenda y actuar proactivamente ante una situación crítica. El público demanda transparencia, consistencia y rapidez.


Poseer un programa de creación y consolidación de reputación y de control de daños no reemplaza contar con protocolos y dispositivos de seguridad adecuados. Un Plan de Manejo de Crisis, del que muchas empresas carecen, es como una póliza de seguros: algunos lo ven como gasto, pero es más caro no tenerlo. No saber cómo reaccionar cuando la crisis golpea resulta inadmisible, sobre todo ante un enemigo invisible que se oculta en la nube.



(Publicado previamente en Expreso)


Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.
Director Ejecutivo del ITSU. Instituto Tecnológico Superior Urdesa.