Campaña Política en la era del Covid-19
Las campañas electorales no pueden compararse, ninguna campaña electoral es igual a otra y lo digo con total certeza.
Nuevo contexto económico y social, nuevos candidatos, nuevos electores, nuevos medios y ahora sumemos Covid-19. Por esto y otras tantas razones la campaña electoral que estamos presenciando hoy no se puede comparar a ninguna campaña del pasado. Suena insólito pero parece que los números han desplazado a las palabras.
La pieza básica de una campaña es lo que los consultores políticos americanos denominan "Stump Speech" (Mensaje Central), que es el eje de la campaña, y debe comunicar quien es el candidato y sus propuestas a las diversas audiencias y por diferentes medios: Presentaciones públicas, discursos, comerciales de TV, contenido para los canales digitales, etc. Es ahí dónde las "Palabras Mágicas" deben hacer su trabajo y movilizar a los electores a favor de un candidato.
Hoy casi sin temor a equivocarme puedo decir que el electorado está tomando sus decisiones no considerando el contenido, ideas o mensajes de campaña, sino los meta-mensajes ( lo que subyace en nuestra mente, lo que se infiere al ver y escuchar palabras, gestos, colores, expresiones, imágenes, lo que se evoca, etc.) y esto se evidencia cuando se analiza las piezas de campaña de los tres candidatos más opcionados.
Un par de meses atrás hicimos un recuento de las "palabras mágicas" que utilizaron en el pasado algunos políticos y en la mayoría de casos, las utilizadas por quienes ganaron elecciones, hubo una fuerte carga emocional. En la actual no hay apelaciones de ese tipo. Esta es una campaña fría en la superficie, pero intensa y cargada de emociones, temores y esperanzas cuando vemos el nivel del debate en las redes, donde ciudadanos comunes, empoderados por los medios digitales, han aprendido ha decir casi sin filtro, lo que sienten y piensan y los detestables "Trolls" que no actúan por convicción sino por una remuneración.
El debate no está entre si hay capacidad para cambiar o si hay un binomio de la esperanza. El debate está entre la desdolarización, la "venezuelización de la economía", la reaparición de "fantasmas" y sus defectos vs. el destierro del pasado, la seguridad, el conocimiento y la experiencia para gobernar correctamente el país. Sobre eso están debatiendo los votantes.
Esta campaña presidencial está afectada por el Covid-19 y una composición demográfica del electorado dominada por Millennials y Generación Z y vemos cosas que llaman poderosamente la atención:
1. Los medios tradicionales no tienen un rol preponderante como en el pasado, ya no tienen el mismo nivel de audiencia ni influencia que hace unos años. Más de un tercio de los votantes no los considera parte de su vida. Ni para entretenerse, ni para informarse
2. La crisis sanitaria generada por el Covid-19 no permite la cercanía del candidato con los electores. No hay campaña “Puerta a puerta”
3. El territorio de lucha de los candidatos es el digital y algunos lo han hecho muy bien, páginas web con buena experiencia de usuario, información actualizada, posibilidad de seguir en tiempo real al candidato, redes sociales interactivas, posibilidad de diálogo instantáneo con el candidato. Y lo más importante es el espacio donde los votantes “empoderados” por las redes opinan “sin filtro” y se apropian de las propuestas y el candidato.
4. En toda campaña hay candidatos que hacen el ridículo pero esta supera a cualquiera (gracias Tik Tok, nos han arrancado más de una sonrisa)
5. Los electores entre 16 y 30 años son casi la mitad del padrón.
De acuerdo a Cedatos, al 25 de Enero se sabe que si las elecciones hubieran sido ese día ningún candidato tiene suficientes votos para ganar en la primera vuelta, pero en esa fecha los indecisos sumaban el 47,9 % de los votantes y el 57,6 % de los votos se reparten entre los candidatos Lasso, Arauz y Pérez, dando a los dos primeros un empate técnico.
Nos dice también ese estudio que cuando se simuló la segunda vuelta entre los dos primeros el ganador es Lasso y que el 31,2% no respondió, lo que de acuerdo a Cedatos equivale a "Voto Oculto" (léase, verguenza a comunicarle a otro por quién se votará). Por favor tengan en cuenta que una encuesta no predice el futuro, es una "foto" de un momento determinado.
Estamos a pocos días de la elección y la campaña está centrada en números y sus consecuencias. Así las propuestas, este domingo sabremos si $500 mensuales es más que $1.000 una vez.
Tienen la palabra el 31,2% de vergonzosos y los Millennials y Gen Z que votarán por primera vez y no tienen idea de lo que se vivió en el país cuando se emitía moneda propia. Ellos no saben de “tipo de cambio” o devaluación.
El 8 de febrero se inicia la segunda vuelta y una nueva campaña, es el momento de los estrategas y consultores, no puede ser una continuación de la anterior, esa ya llegó a su techo, no da más. Es el momento del candidato que debe tomar la decisión de hacer la campaña correcta para llegar a Carondelet.
Que creen ustedes? La segunda vuelta volverá a estar dominada por los números o alguien dirá las “palabras mágicas” que nos hagan creer que la mayoría tenemos un sueño común: Un futuro de prosperidad para todos.
Excelente análisis, felicitaciones Horacio
ResponderEliminarGracias Oscar por leer y por el comentario
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