¿GANÓ MACRON O PERDIÓ LE PEN?

Todos hemos escuchado alguna vez decir que algún candidato al perder una elección “ganó perdiendo”. Las recientes elecciones registradas en Francia no creo que sean el caso, por más que la señora Le Pen obtuvo una mayor votación que hace 5 años cuando enfrentó por primera vez al hoy re-electo Presidente. Este es un caso en el que considero que simplemente ganó Macron.

La ley electoral francesa, al decir de muchos analistas serios, que regula con severidad los criterios de igualdad de oportunidades en los medios, está redactada de manera tal que el Presidente en ejercicio tiene pocas posibilidades de ganar.  

Es más, en los últimos 20 años ninguno fue re-electo. Además hay límites severos a los fondos de campaña y al origen de estos. Basta decir que en su mayoría el estado financia las campañas de todos los candidatos y deja un pequeño margen para contribuciones privadas, los ciudadanos sólo pueden donar hasta 4.600 euros y las empresas y asociaciones empresariales están prohibidas de hacerlo, además las campañas no pueden hacer gastos en efectivo por más de 150 euros. 

Lo que la ley no regula y seguramente muchos quisieran son las promesas de campaña. Desde hace algunas décadas es de conocimiento general que los seres humanos tomamos decisiones basados en nuestras emociones y no en la razón, por más que la intelectualidad racionalista insista en negarlo. En política ocurre lo mismo. Las elecciones se ganan apelando a las emociones. He escuchado a más de un político rasgarse las vestiduras y decir que no pueden pedirle que se comporte cómo lo haría una marca de consumo masivo y apele a las emociones de los electores. Pero hay que hacerlo para captar la atención y adhesión del electorado.

Analizando los temas de campaña de Le Pen y Macron vemos que la primera originalmente intentó posicionarse como “Femme d´etat” (Mujer de estado), cambió luego a “Choisir la France” (Elige Francia) y cerró la campaña con “Pour tout les francais” (Para todos los franceses).  No es difícil decodificar su nacionalismo excluyente, que ha sido la característica de su partido. En su mensaje de campaña, la soberanía, la finalización de acuerdos de libre comercio y que las leyes francesas no estén supeditadas a las de la Comunidad Europea estuvieron siempre presentes, al igual que su malestar contra la OTAN.

La campaña de Macron se inició bajo el tema “Ensemble, la France” (Juntos, Francia) y terminó la segunda vuelta con “Nous tous” (Todos nosotros). Incluyente, cálido y tremendamente emotivo. Imposible no analizar el entorno y recordar lo duro que fue su ejercicio del poder, asumió el mandato como centro-izquierda y ha sido estigmatizado por no gobernar así, los chalecos amarillos lo pusieron en jaque, el Covid que alteró el crecimiento de la economía y los altos precios afectaron su popularidad. En su mensaje siempre estuvo claro su poco interés en la participación del estado en la economía así como su opinión pro Comunidad Europea y OTAN.

En esta elección más que el clásico debate izquierda vs. derecha predominó un nuevo paradigma: Soberanía vs. Globalización. 

Tampoco faltaron, como en toda campaña electoral, piezas tácticas para minar la credibilidad del oponente. Un afiche que mostraba superpuestos los rostros de Putin y Le Pen con el titular “Marine Poutine” no requiere explicación.

A pesar de la polarización y lo crucial de esta elección, hubo un gran número de votantes que se abstuvo, 28%.  Macron logró el 58,5% de los votos y Le Pen el 41,5%.  

Respondiendo a la interrogante del titular, simplemente Le Pen perdió. 

La pregunta ahora es: Los franceses votaron contra Le Pen o a favor de Macron?

Horacio Chavarría P.

Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.

Experto en Consultoría Estratégica, Manejo de Crisis, Relaciones con la Prensa, Media Training, Comunicaciones internas y soporte a Marketing.

Director Ejecutivo y Docente de ITSU; Instituto Técnológico de Arte y Comunicación.