A diferencia de otras antiguas “marcas” reales, cómo Borbón o Habsburgo, Windsor recién se establece como apellido de los monarcas británicos a inicios del siglo XX cuando cambia su original Saxe-Coburg-Gotha de origen alemán, por la denominación que hoy conocemos debido a la decisión de Jorge V en 1917.
En términos de marketing se lanzó una marca.
Durante los últimos 70 años esta marca siguió los principios clásicos de construcción de marca, la presencia de Isabel II, su particular personalidad y su imagen meticulosamente cuidada logró que ella no solamente fuera influyente en los más de 15 reinos agrupados en el Commonwealth, sino alrededor del mundo.
Su imagen ha sido inmortalizada por Warhol, así como en billetes, monedas y sellos postales. Su apariencia, peinado, cartera, su gusto por el campo y los caballos fueron administrados con sumo cuidado para proyectar la imagen de una persona cercana y amigable y que además representó al Estado sin cumplir función alguna más allá de las que el protocolo indica, es más, sin emitir opiniones políticas. En una investigación reciente los británicos la describían como “admirable, trabajadora, respetada, digna y dedicada”.
Esta marca hecha persona en Isabel II, poseía sus propios símbolos, la corona, su monograma “EIIR”(Elizabeth II Regina) y su escudo de armas. El valor de la marca que representa la monarquía inglesa se estima en 67.5 billones de Libras Esterlinas.
Como toda marca tiene una promesa, la de ella se anunció en 1947 en Sudáfrica cuando aún era princesa y dijo: “Declaro frente a ustedes que toda mi vida, corta o larga, será dedicada a su servicio y al servicio de la gran familia imperial a la que todos pertenecemos”.
De manera clara entendió que el consumidor es lo más importante y que era clave ser parte de un pueblo con una reina y no ser una reina con un pueblo.
Esto lo ratificó en su pasado jubileo al terminar su discurso diciendo “Su servidora. Elizabeth R.” Para el profesor J.M.T. Balmer, de Brunel University, el éxito de esta marca se debe al uso eficaz de las 5 R´s: “Real, status especial otorgado por el estado. Realeza, comportamiento acorde al ceremonial. Relevante, significativo para su gente. Respetada, contar con aprobación. Responsive, sensible a los cambios sociales.”
La marca real se extiende también al sector privado, todos alguna vez hemos visto o consumido alguna marca comercial que se precie de ser proveedores de la casa real.
La posesión de un Royal Warrant por una marca o empresa significa que esta ha prestado sus servicios por más de 5 años a la casa real y que es apta para el consumo del monarca. Las marcas que lo ostentan no solo son británicas y están presentes en todas las categorías y no hay exclusividad por línea.
Hay más de 800 autorizadas para utilizar el escudo real y la frase “By Appointment of her Majesty the Queen”, van desde la salsa de tomate Heinz, los jabones Yardley, los chocolates Cadbury, automóviles Aston Martin, diversas marcas de licor, joyas hasta lácteos. Interesante anotar que todas las marcas designadas por la Reina Isabel II perderán ese status y sólo podrán usar el sello durante dos años más.
Volviendo al mundo del marketing, la marca real cobija y se extiende hasta las marcas comerciales y además genera ingresos al país por turismo de más de 2.000 millones de libras anuales.
Hoy, al haber un cambio de monarca y fallecer Isabel II que contaba con un 81% de respaldo y asumir Carlos III que tiene solo el 53% y previéndose desde ya que varios países del Commonwealth piensan en abandonarlo y que varios miembros de la familia han tenido actuaciones destacadas negativamente se puede prever momentos complicados para la marca Windsor.
¿Sobrevivirá?
Horacio Chavarría P.
Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard.
Experto en Consultoría Estratégica, Manejo de Crisis, Relaciones con la Prensa, Media Training, Comunicaciones internas y soporte a Marketing.
Director Ejecutivo y Docente de ITSU; Instituto Técnológico de Arte y Comunicación.
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