martes, 23 de mayo de 2023

LAS DIFERENCIAS ENTRE JUICIO POLITICO E“IMPEACHMENT”

 

Más allá de la sutileza del lenguaje y de si la traducción es válida, hay una enorme diferencia entre el uno y el otro. En USA es una institución diseñada para que un presidente electo democráticamente no se convierta en tirano y no en una simple argucia para destituir un mandatario porque a un grupo le desagrada su gobierno y tiene los votos necesarios en el legislativo para defenestrárlo, tal cómo se intentó en nuestro país.

Esta no es un artículo de análisis político, pero es imposible mirar hacia otro lado en estos momentos por las implicaciones que el evento tuvo sobre la estabilidad del país, el bienestar de las personas y el desarrollo de la actividad económica y por ser un evento en el que la comunicación ha sido un elemento clave. Nuestro ángulo de visión de esta situación será siempre desde la comunicación y  cómo hemos arribado hasta aquí gracias a grandes fallas en esta de un lado y al abuso de la otra, que saturó todos los medios de comunicación, tradicionales y digitales, con medias verdades, relacionando hechos inconexos y acomodando situaciones y fechas para repetir “fake news” hasta el agotamiento.

El hecho de que se haya tratado de un juicio político no excluía la necesidad, de probar fehacientemente, que la causal admitida por la Corte Constitucional debía ser probada y no solamente esgrimida cómo licencia para que se repitan ad nauseam acusaciones de todo tipo amparándose en la libertad de opinión y en el ánimo de lograr un objetivo político a cómo de lugar como lo vimos ocurrir.

Tampoco se puede obviar que el ejecutivo tuvo la oportunidad, hace un par de meses, de no permitir que la mecha de este juicio político se encienda. Tuvo la clara ocasión de distanciarse  de eventos y personas de manera clara y contundente y no lo hizo sino cuando demasiado tiempo había transcurrido, decía el maestro de la política Nicolás Maquiavelo “El defecto habitual del hombre es no prever la tormenta cuando hace buen tiempo”, pero ese y cualquier otro error político similar no son causal para desestabilizar un país y su sistema democrático.

Tan solo para demostrar las diferencias  vale la pena recordar que hace 25 años en USA, una de las sociedades más liberales (y de doble standard) del planeta un escándalo en la vida personal de Bill Clinton fue causante de un juicio político, se lo acusó de haber mentido a la nación al negar la relación no-sexual, de acuerdo a su visión, con una pasante. Los estudios de opinión arrojaron que el país estaba dispuesto a perdonar su desliz, pero no su mentira, así lo reveló a la prensa Dick Morris el consultor político que lo asesoró para salir absuelto y re-electo poco después.

El otro caso reciente es el de Donald Trump que fue enjuiciado políticamente dos veces y en ambas salió absuelto a pesar de no contar con mayoría en el congreso, es más en la segunda ya no era presidente y el mundo entero vio los desmanes ocurridos en el Capitolio, pero no se pudo probar su participación directa en esos eventos. Es muy probable que vuelva a correr por la presidencia en las próximas elecciones.

 Un “think tank” demócrata diseñó una guía para sus partidarios para liderar la narrativa de ese juicio político y recomendaba a los voceros: 1. Mantenerse en mensaje. Destacar la importancia de la Constitución y la democracia y cómo estas se hallaban bajo amenaza . 2.Usar las noticias  del pasado cómo soporte. Enfocar la narrativa en que el presidente ha ofendido varias veces los valores del país. 3. No abrir otros frentes de comunicación. Algunos hechos al margen pueden desviarnos de lo fundamental que es hacer respetar la Constitución, no permitir que los demagogos logren sus propósitos de obtener triunfos políticos. 4. Un llamado a la acción. Hay que hacer sentir a los miembros del congreso su obligación de actuar responsablemente, no políticamente.


La otra gran diferencia entre el Juicio Político ecuatoriano y el Impeachment en USA es que hay límites que no se cruzan. Por ejemplo a nadie le recomiendan mentir o alterar la verdad.


Horacio Chavarría P.

Presidente Ejecutivo Alterno y Gerente General de OI Comunicaciones, asociada a Fleishman-Hillard. Experto en Consultoría Estratégica, Manejo de Crisis, Relaciones con la Prensa, Media Training, Comunicaciones internas y soporte a Marketing.



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